sábado, 17 de septiembre de 2011

Mi Cuarto paso


SIN NINGÚN TEMOR HICIMOS UN MINUCIOSO INVENTARIO MORAL DE NOSOTROS MISMOS.

Habiendo seguido el sendero espiritual que se nos sugiere en los tres primeros pasos, nos paramos en la antesala del descubrimiento de nosotros mismos. El enunciado del cuarto paso: “Sin ningún temor hicimos un inventario moral de nosotros mismos” nos ofrece la herramienta perfecta para empezar. El lenguaje no utiliza criticismo avergonzante, simplemente dice “vamos echando un vistazo a nuestra vida, como hemos sido hasta ahora”. 

La mayoría de nosotros hemos gastado la mejor parte de nuestras vidas preocupándonos por los otros. Escudriñábamos, criticábamos y analizábamos a otros y a nosotros mismos, algunas veces obsesivamente, pero esto no era el inventario moral de nadie. Era autosuficiencia y autoabuso. En los tres primeros pasos de CoDA, comenzamos a participar en una sociedad con el Poder Superior de nuestra propia elección, y fue esta sociedad la que se convirtió en nuestra garantía para el éxito. Ponernos sólidamente en manos de Dios, significará el fin de la autosuficiencia y el autoabuso. No había nada que temer de esta investigación, nos habíamos rendido ante un Poder Superior a nosotros mismos, superior a cualquier insuficiencia o defecto, hasta nuestra vergüenza o miedo. A menos que decidiéramos hacer a un lado la decisión que tomamos en el tercer paso, nosotros ya no estábamos a cargo.

SIN TEMOR Y MINUCIOSO. Existen tantas definiciones de estas palabras como formas de representar  alivio en su significado.  MINUCIOSO. Significa buscar cuidadosamente con el fin de encontrar algo perdido u oculto, llegar a conocer, aprender  y  buscar, llevar a cabo una profunda y perfecta investigación. Y SIN TEMOR. Significa valiente, con agallas y sin desistir.  Si buscar minuciosamente significa buscar algo sórdido y oculto.  Estábamos a punto de iniciar una gran aventura, el descubrimiento de nuestro verdadero ser.  Pero las palabras “s in ningún temor” son otro cuento, muchos de nosotros seguíamos creyendo que era imposible acercarnos a este proceso sin miedo.  Nos conformamos al escuchar a otros que se habían sentido como nosotros, nos dimos cuenta de que estábamos solos, que estábamos en este barco con Dios, que amorosamente nos guiaría a lo largo del camino.

INVENTARIO MORAL DE NOSOTROS MISMOS. La primera parte de este paso definió la actitud que adoptamos mientras lo trabajamos (minucioso y sin temor alguno). La segunda parte nos da el enfoque y la dirección. Este inventario será únicamente de nosotros mismos y hablará de nuestro comportamiento personal en todas las experiencias de nuestra vida que podamos recordar.

La palabra moral tiene varios sinónimos, entre ellos las palabras honesto, justo, abierto y de frente; el mensaje del cuarto paso estaba claro, este inventario de nosotros mismos debía ser honesto y de frente, no crítico o abusivo.  Si esto debía ser un inventario profundo, necesitábamos listar nuestros fondos y responsabilidades, esto quiere decir que tendríamos una gráfica balanceada de nosotros mismos. Para algunos fue más difícil descubrir cualidades que enfrentar defectos;  para otros reconocer cualidades positivas hacia la tarea menos dolorosa.   Cualquiera fue fueran nuestros sentimientos al respecto, se nos motivó a hacerlos ambos, como si cada uno fuese un aspecto importante de un inventario profundo.  La mayoría de nosotros nos dimos cuenta de que hacer el inventario escrito era la única manera de librarse de la obsesión del pasado, también nos ayudó a organizar nuestros pensamientos. 

Aprendimos de nuestro padrino o madrina y otros amigos de CoDA que existían varias formas de acercarse. Algunos habían listado miedos, resentimientos y acciones tomadas ante personas y situaciones específicas. Otros escribieron la historia de sus vidas. Pero lo más importante es tener cuidado en que no importando lo que hubiese sucedido en el pasado, el propósito del cuarto paso es que cada uno de nosotros se diera cuenta de nuestra propia participación en los sucesos de nuestras vidas. Fue solamente con esta información que fuimos capaces de emprender una limpieza profunda, deshacernos de los desperdicios del pasado y convertirnos en seres humanos enteros. En este momento tengo el deseo de verme a mí mismo como realmente soy, un ser espiritual creciendo, desarrollándose apoyándose en las manos de un Dios amoroso. 

Puedo separar quien soy de lo que he hecho, con el conocimiento de que el verdadero YO está emergiendo amorosamente, alegremente y entero.  Habiendo terminado nuestro cuarto paso, estuvimos listos para pasar al quinto paso.

sábado, 10 de septiembre de 2011

Mi tercer paso

DECIDIMOS PONER NUESTRA VOLUNTAD Y NUESTRAS VIDAS AL CUIDADO DE DIOS TAL COMO LO CONCEBIMOS.

Tal final de nuestra ingenuidad, muchos de nosotros estuvimos dispuestos a confiar en un Poder Superior. ¿Y POR QUÉ NO? Nada de lo que habíamos hecho funcionaba, o por lo menos, no por mucho tiempo. Otros entre nosotros estaban temerosos de confiar en este poder ¿y si nos daba lo que creíamos que merecíamos? ¿Y qué tal si no nos lo daba?.    

Después de hacer un examen a fondo nos enfrentamos a nuestra deteriorada autoestima, y acaso estábamos proyectando nuestras propias ideas de nosotros mismos a nuestro Poder Superior, el cual temíamos ¿estaba esperando para castigarnos por ser tan defectuosos? ¿O vivíamos con la noción omnipotente de que éramos los únicos que sabíamos que era lo mejor para nosotros mismos y para los demás? Fue entonces cuando recordamos que en el segundo paso definimos a nuestro Poder Superior como un Poder Superior a nosotros mismos. 

Trabajando el tercer paso descubrimos que este Poder era Superior a nuestra errónea idea de quien éramos.  Superior a nuestra idea distorsionada de Dios y Superior a cualquier cosa que nuestro pensamiento humano pudiera crear. Podíamos pedirle a este Dios el entendimiento para liberarnos del cautiverio, de nuestras viejas ideas. Un día a la vez; y si los viejos pensamientos persistieran; podríamos seguir tomando la acción que se nos pide en este paso, confiando que con el tiempo, la sanación  llegará. 

DECIDIMOS. Echamos a andar este paso viniendo a nuestra primera junta de CoDA. En lo sucesivo y asistiendo a más juntas, escuchamos, compartimos y comenzamos a sentir alivio. Cada vez que nos identificábamos con el historial de un compañero de CoDA o de una parte de la literatura de CoDA, incrementábamos nuestra confianza en los tres primeros pasos y en nuestra recuperación. Sin darnos cuenta nos habíamos rendido ante la sabiduría del programa, dejándonos de esta manera guiar por él.  Aquí es cuando empezamos a ver nuestro progreso. Habíamos admitido que éramos impotentes ante los comportamientos compulsivos que habíamos practicado por tanto tiempo. Empezábamos a creer que un Poder Superior, podría liberarnos de ellos. El paso siguiente era obvio.

Si creíamos que éramos impotentes y que un Poder Superior podía transformarnos, ¿por qué no aceptarlo? ¿Por qué no darle a Dios una oportunidad donde nosotros habíamos fallado? Además, ¿qué más teníamos que perder que no fuera nuestra miseria? NUESTRA VOLUNTAD Y NUESTRAS VIDAS. Habiendo experimentado alivio de nuestra obsesión por los demás, algunos quedamos complacidos. Pensamos que al haber dado el tercer paso una vez, habíamos hecho nuestro trabajo. Descubrimos rápidamente la naturaleza errónea de este pensamiento. Nuestras viejas ideas nos llaman para volver a la autosuficiencia, una vez más jugamos a ser Dios en nuestras vidas y en las de los demás. Algunas de las viejas dudas retan a nuestros nuevos pensamientos. Empezamos a pensar que si bien este programa funciona para otros, nosotros somos diferentes.

Perdiendo la esperanza empezamos a dudar de nuestra habilidad para cambiar.  Fue esta experiencia la que nos llevó al convencimiento de que este programa de recuperación no era una VARITA MÁGICA un pasatiempo para una agradable tarde. Representaba nuestra oportunidad de vivir como todo ser humano, y si lo deseábamos necesitaríamos de toda nuestra buena voluntad para alcanzarlo, así significará pedir ayuda a Dios más de una  vez. En este momento puedo escoger mi propio Poder Superior. Puedo hacer a un lado mis viejas creencias acerca de quién soy y ser quien soy, UN HIJO DE DIOS. Puedo recordarme a mí mismo que una fe en mi Poder Superiores una fe en mí mismo y que mi recuperación depende de ser honesto con mi Poder Superior y conmigo mismo. Habiendo tomado la decisión, dimos nuestro último esfuerzo, determinamos que a pesar de todas las dificultades que tuviéramos que enfrentar continuaríamos con el cuarto paso.